Las emociones, nuestros «testigos» III

Una emoción valiosa. Nos ofrece una señal que indica que no encontramos recursos para abordar la situación a la que estamos expuestos.

Además, es posible que reaccionemos interiormente y experimentemos otras emociones y/o sentimientos: vergüenza, humillación, rabia, impotencia, es decir, tendremos  una doble reacción.

El_miedo

El_miedo

Es una emoción universal y, aunque en algunas culturas se trate como una  emoción “indigna”, se trata de una alerta fundamental  que nos permitirá desarrollar y buscar recursos internos para abordar las situaciones que tenemos que afrontar.

En su forma más básica, el miedo tiene que ver con la existencia. Según Frances Wilks, existen dos extremos del miedo que paralizan:

  • Miedo a vivir
  • Miedo a morir

 

Obsérvate mientras respondes a las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuál es el cambio o la meta que más te gustaría alcanzar en tus circunstancias actuales?
  2. ¿Qué miedos te lo impiden?
  3. ¿Hasta qué punto son realistas tus miedos?

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las emociones, nuestros «testigos» II

¿Recuerdas algún momento de tu vida con tristeza? Busca dentro de ti. ¿Qué habías perdido?

Cuando respondas a esta pregunta estarás empezando a poder gestionar tu tristeza. Si la observas llegar, le das la bienvenida y le permites que te ofrezca ese período de duelo que necesitas para poder asimilar tu pérdida, para poder sopesar el auténtico significado de la misma, podrás reorganizar tu historia seguir con tu vida adelante.

Recuerda los síntomas: ¿llegó el dolor emocional? ¿hubo sufrimiento? No los confundas, hay que saber distinguirlos:

El dolor emocional es el sentimiento negativo que aparece ante la pérdida que nos afecta de manera importante.

El sufrimiento, sin embargo, es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan, adquiriendo mucha más intensidad y duración que el dolor emocional.

De hecho, el sufrimiento puede durar indefinidamente aunque la situación que lo provocó ya se haya solucionado. Luego te proponemos alguna herramienta para disolverlo.

La tristeza es la emoción de la que más queremos despojarnos, pero es pegajosa, cuesta hacerla desaparecer, además, suele provocar consecuencias:

  1. Disminuye nuestro interés por disfrutar
  2. Focaliza nuestra atención en aquello que hemos perdido

pero también,

  1. Impone una pausa momentánea que renueva nuestra energía para permitirnos acometer nuevas metas
  2. Nos ofrece un refugio reflexivo en los quehaceres cotidianos

Provoca, además, tres manifestaciones fundamentales:

A veces la experiencia de la tristeza no parece modificarse y se repite una y otra vez.  Esta tristeza es desadaptativa  y hay que trabajar para re-estructurar la experiencia.

Es muy fácil que nos encontremos otras emociones también presentes en el proceso: enfado sin resolver y culpa.

Te proponemos 10 pasos para gestionar 1 día de tristeza:

En el próximo artículo te contaremos cómo funciona el Miedo.

Un abrazo al corazón