las emociones, nuestros «testigos» II
¿Recuerdas algún momento de tu vida con tristeza? Busca dentro de ti. ¿Qué habías perdido?
Cuando respondas a esta pregunta estarás empezando a poder gestionar tu tristeza. Si la observas llegar, le das la bienvenida y le permites que te ofrezca ese período de duelo que necesitas para poder asimilar tu pérdida, para poder sopesar el auténtico significado de la misma, podrás reorganizar tu historia seguir con tu vida adelante.
Recuerda los síntomas: ¿llegó el dolor emocional? ¿hubo sufrimiento? No los confundas, hay que saber distinguirlos:
El dolor emocional es el sentimiento negativo que aparece ante la pérdida que nos afecta de manera importante.
El sufrimiento, sin embargo, es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan, adquiriendo mucha más intensidad y duración que el dolor emocional.
De hecho, el sufrimiento puede durar indefinidamente aunque la situación que lo provocó ya se haya solucionado. Luego te proponemos alguna herramienta para disolverlo.
La tristeza es la emoción de la que más queremos despojarnos, pero es pegajosa, cuesta hacerla desaparecer, además, suele provocar consecuencias:
- Disminuye nuestro interés por disfrutar
- Focaliza nuestra atención en aquello que hemos perdido
pero también,
- Impone una pausa momentánea que renueva nuestra energía para permitirnos acometer nuevas metas
- Nos ofrece un refugio reflexivo en los quehaceres cotidianos
Provoca, además, tres manifestaciones fundamentales:
A veces la experiencia de la tristeza no parece modificarse y se repite una y otra vez. Esta tristeza es desadaptativa y hay que trabajar para re-estructurar la experiencia.
Es muy fácil que nos encontremos otras emociones también presentes en el proceso: enfado sin resolver y culpa.
Te proponemos 10 pasos para gestionar 1 día de tristeza:
En el próximo artículo te contaremos cómo funciona el Miedo.
Un abrazo al corazón